Me da risa tu esfuerzo por decirme algo que en realidad ni entiendo ni quiero entender. Sé que te das cuenta de lo mala que eres y has tratado de cambiar pero no puedes superarlo.
Es chistoso como crees que algo de lo que hagas me va a hacer cambiar de parecer. No es así, y ojalá algún día entiendas que aunque parecía que nos entendíamos, no lo hacemos en absoluto. No eres yo y nunca podrías hacer todo lo que yo hice ni pasar por todo lo que pasé.
Escuché tus patéticas llamadas, leí sus mensajes y vi tus fotos. Sabía todas las mentiras que te decía y mientras te mandaba mensajes yo estaba desnuda acostada entre sus piernas besando su cuerpo y pensando en lo triste de la situación.
Nadie cambió aquí, por eso el otro día mejor te colgué, porque estaba a punto de decírtelo todo. Supuse que el amor de verdad superaría todos los obstáculos.
Te escribí muchísimas tonterías porque quería que dejaras de buscarme y de quitarnos tiempo. Todo lo que dije fueron mentiras para que dejaras de estar de celosa. Pero aparentemente no pudiste solamente existir, tenías que pedir fotos y pruebas que comenzaron a molestarme. Te la pasabas reclamándole y ya me tenías harta. Eres tan superficial y tonta.
Eres una sombra, alguien a quien esconde porque no le gustas. Te dije cosas que me humillaron, que él te quería a ti, pero no es la verdad. Me humillé para que él estuviera tranquilo. Pero ya basta. Las cosas reales son éstas. No pudiste superarme y no tengo nada que probarte porque tú misma te diste cuenta.
Él me decía que no le gustaba tener que llevarte al cine, a comer, y hasta le desgastaba platicar contigo. No te quiso en absoluto. No sé porque me seguías molestando a mi. Te hubieras conformado con el sexo que era lo único que él te podía dar, por eso te esconde, porque le das pena.
Viviste enamorada de una ilusión, no de él. Porque a él ni siquiera lo conoces. No sabes todo lo que hay en su interior. Y yo fui lo suficientemente fuerte para amar cada uno de sus defectos sobre mi egocentrismo y mi orgullo. Por eso seguimos juntos.
Me contó esa historia de la mujer que se quedaba con el sujeto que solamente la quería coger y que no la quería como persona pero que no estaba con nadie más y de la otra opción que tenía de quedarse con un sujeto que la amaba en personalidad y también en cuerpo, pero igual cogía con más. No fuiste lo suficientemente lista para ver que ambos sujetos representaban una parte de él. Fuiste estúpida y te quedaste con el que sólo quiere coger, por el simple hecho de que no querías compartir.
Así que deja de buscarme porque estoy harta de ti.
Tú me dijiste que me alejara de él para que pudieran ser felices. Y ¿sabes que hizo él? Quiso quedarse conmigo.