¿Qué hacer cuando ya todo está muerto? Yo me aferro a la idea de que no tiene que ser así. Engaño a mi subconsciente para que piense que en realidad no importa, que no es la gran cosa; y poco a poco lo dejo pasar hasta que se consuman mis ideales y no me reconozca a mi mismo. ¿Qué hago yo aquí? No hago más que dar lástima.

Y vaya que lastima el saber que ya no hay solución, que se le dio muerte al amor, que cada mirada y cada palabra están plagada de mentiras y el cuerpo lleno de resignación.

Desde los dulces besos no producidos, sale un suspiro de penuria ante la injuria; dolor, desolación y tristeza por la traición. No se necesita una explicación lógica para que me dé cuenta de que lo que ocurre entre nosotros no es real. Hay un dejo de tragedia en cada acción, de falsedad en cada palabra, de pensamientos extraviados, de más locuras y engaños.

¿Qué se puede hacer cuando sabes que lo único que queda por decir es que todo está perdido? No puedo apartarme de quien me apuñala sin dudarlo, mientras el cuerpo escapa, la locura le acompaña, el alma se pierde entre preguntas sin respuestas, el corazón se deja llevar y la mente solo sufre, pues no logra convencer a todo lo demás de que no vale la pena, de que podría ir mas allá y alejarme de esta miseria, porque me doy cuenta, no estamos para engaños, ni disolutos, ni mentiras ni traiciones. La mente dice que tal vez es mejor mandar todo a volar y aferrarse a un principio que me aparte de la escoria que últimamente representa la humanidad. Ahora solo puedo sentirme como un pobre despojo de lo que el amor dejó.

Deja un comentario

error: Alert: La selección de contenido está deshabilitada!!