Se giró al escuchar el grito de auxilio pero no había mucho que alguien pudiera hacer, supongo que sólo fue un reflejo por mi falta de inteligencia, algo que salió de mi interior por el hecho de no saber en absoluto que hacer. Él sólo me miro con angustia porque cuando casi llegábamos al lugar yo me caí ridículamente. No supe si me siguió mirando ni si camino hacia mi. La lluvia nos envolvía como un denso manto, no había nadie que me pudiera ver ademas de él, estaba tirada en el suelo cubriéndola a ella con mi cuerpo, dandole toda la protección que podia. Sentía que me sofocaba mientras los ojos dilatados de Cloe me rompían por dentro, su respiración era intensa, podía notar su sufrimiento y mi impotencia crecía. En mi intento de pedir ayuda para salvarle la vida, solo por un instante desvíe la mirada mas allá de su peludo cuerpo, sentía que llevaba toda la existencia con ella, mi perrita, mi mejor amiga, y tan solo en un momento aún brindandome su calidez, se desvaneció en mis brazos, y grité.
Podía percibir como me quebraba. Él ya estaba a mi lado, después de haberle gritado me olvidé de su presencia. Tomó a Cloe en sus brazos y corrió hacia la Veterinaria. Estábamos tan cerca, tan cerca de retenerla por más tiempo, tan cerca de salvarla. No podía ponerme de pie, mi pierna estaba lastimada de tanto correr y de tanto dolor por las múltiples caídas. Llevabamos días así, sin saber a donde ir, sin saber que era lo que tenía Cloe. Luché contra el dolor y cruzamos la calle corriendo, yo iba detrás de él. Llegamos a la veterinaria, nos pasaron de emergencia al cuarto de cirugía, le pusieron una sonda con rapidez, no sabía si usarían desfibrilador, no sabía si ella seguía viva, todo apuntaba a que no, entonces apretaron la bomba de aire, y su cuerpo se movió con violencia. Se escuchaba que respiraba con dificultad, revisaban su corazón, le inyectaban morfina, todo en un instante lleno de estrés e incertidumbre. Me apretaba las manos hasta casi romper mis dedos. Seguían proporcionándole aire. Pero su corazón se detuvo, lo supe por la máquina del sonido, todos me miraron, y yo también morí.