Tal vez en un futuro cercano y específico no pase nada, pero el dolor en mis entrañas, la falta de aliento y los ojos hinchados me dicen otra cosa.
Me dicen que piso mi auto respeto por un cierto desahogo que culmina en “tú estás loca”.
Todo el tiempo me han dicho que una vez que algo me molesta, si me hacen caso serán mis esclavos, así que optan lastimarme cada vez y pasar por encima de lo que siento porque es “exagerado”, y yo me aguanto, hasta que ya no duele.
Si le cuento a alguien más no sé si lo entenderá o si solo me dirá que salga de ahí y que todas mis decisiones han sido malas.
Ya me pasó por muchos años.
Lo aferrada parece ser la única cualidad-defecto que me he ceñido a la cintura y que no cesa de dejarme pensando en algo que no pienso normalmente para no dudar más, para salir adelante y solo continuar.
Mañana no me voy a acordar porque soy como un robot que se programa a la media noche.
Escucho mis propios balbuceos y mi respiración agitada y me doy vergüenza. ¿Qué tan poco control puedo llegar a tener?
Miro hacia los lados de una carretera vacía en medio de un lugar desconocido y oscuro y no hay nadie a quien recurrir, así que me trago mi propio sabor, me lo trago una y otra vez hasta que me auto consumo.