Sin ganas ni motivos voy,
arrastro la incertidumbre.
Mi cuerpo pegado
como relleno de bolillo,
no se separa con nada.
No siento las extremidades,
mi boca está entumecida,
los ríos llenan la habitación,
y solo puedo flotar
inmóvil,
en una vorágine de sentimientos
que no me dejan salir,
y no quiero intentarlo,
estoy mejor allí.