—Yo creo que eres idiota… — le dijo a la chica que tenía enfrente. — No te gusta que los demás sean felices y vienes a contar historias que, sean reales o no, no tienen efecto alguno. Aquí todo el mundo es libre, y lo que él haga, él me lo cuenta porque nos tenemos esa confianza, y porque a mí ya no me molesta —volteó la mirada para otro lado, muy consiente de su pérdida de control— el amor que le tengo no va a desaparecer aunque sigas haciendo y diciendo estupideces de que te quiere a ti y todo lo demás. Ya me cansé de escucharte, ha dejado de ser divertido — terminó de decir mientras movia la pierna derecha muy inquieta.
—Solamente te estoy diciendo la verdad — dijo la otra chica con una voz chillona.
-Y yo solamente te digo que no me interesa. Nadie está cuidando a nadie y a nadie le importas tú. Así que solo vete y haz algo con tu vida, no me interesa — dijo Alicia dando media vuelta — te recomiendo que vayas a tu casa y dejes de molestarme, ya no te funciona — dijo mintiendo una vez más.
-Pues yo voy a estar siempre ahí y él me ama más que a ti – continuó explicando la chica.
-Da igual, a mi me gusta estar con él. Estés tú o no, no me interesa. Tiene una afición por lo sexual y yo le ayudo con eso. Si al final va a verte o lo que sea pues es irrelevante para mi. No quiero saber de tu vida, así que deja de agregarme y de buscarme por todas partes. Consigue una vida, en serio te lo digo. No entiendo cuál es el punto de todas tus acciones.
-Pues que no estés con él y ya. – dijo la otra chica frunciendo el ceño.
-Lamentablemente esa es decisión de dos personas. Y en lo personal, nada de lo que hagas me va a apartar de su lado. Además, tú siempre dijiste que para ti era un juego, y sé que solo lo juegas para lastimarme.
La otra chica se levantó enfadada y salió rápidamente del departamento. Alicia se sentó en el sofá y comenzó a beber su café.
-Las cosas que uno tiene que estar soportando cuando ama a alguien – se dijo para sus adentros mientras sonreía.