Es una historia veleidosa
que apaciguaba una soledad pequeña,
intento abrazar fuego sustituyendo al amor.
Me dices que la ternura es mi fuerza pero
mantenerme serena ha costado tanto,
luego de quien débil me deja
sobre la plancha y con dolor.
Preferible es no esperar nada,
pues nada es cuanto me dan.
Agraciadas veleidades que me consumen desde dentro,
desde el fondo en donde yace durmiendo
quien me abandona sediento
de una venganza injustificable,
de un desprecio permanente.
Que no lo despierte mi dolor
ni lo inmute mi suplica.
¿Qué atrocidad me ha sucedido?