Nunca me gustó mucho que me vieran, así que es difícil develarlo todo en el instante en el que apenas me ocurre.

Son cosas íntimas, cosas mías que nunca compartía, ahora simplemente estoy a un clic de distancia y a veces duele.

Por otro lado, el compartirlo todo de repente deja de ser malo cuando hay comprensión e incluso me reconozco un poco más dentro del mundo. Me gusta adaptarme y me gusta el cambio, pero no deja de darme miedo el dar la vuelta y saber que me están mirando.

Deja una respuesta